Cuando ves derrumbarse a la persona más fuerte que conocías todo pierde el poco sentido que tenía.
La impotencia te consume, te disuelve, te hace trizas y las esparce por el mar.
¿O es la responsabilidad?
Sientes que todo lo que conocías hasta ese momento era una mentira, y, de hecho, así era.
Y entonces sólo deseas que todo vuelva a la normalidad.
Te permites ser egoísta por un momento.
Deseas que borre las lágrimas de sus ojos y que el color vuelva a sus mejillas.
Porque ella es el muro que te sostiene, la única que te mantiene cuerda en este mundo de locura.
Pero aún así no puedes evitar sentir rabia porque sabes que es injusto.
Nadie lo merece, y ella menos que nadie.
1 comentario :
Qué triste...
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