Direcciones.

A veces siento como si fuera en la dirección correcta en un mundo en el que está de moda ir a contracorriente.


Pero ¿cómo sabes cuál es la correcta si cada uno va en la dirección que le da la gana?

Confía en tus principios, en la razón, dicen unos. Confía en tu corazón, te animan otros. ¿Y qué haces cuando ambos quieren tomar caminos opuestos? ¿Por dónde se escapa del campo de batalla? No hay vía de escape. Hay que luchar. Luchar hasta que no puedas más, hasta que te falte el aliento.

Y las consecuencias son obvias. Si gana el corazón: la pierdes. Si gana la razón: te pierdes.

En cualquier caso, no te atrevas a intentarlo, 
no puedes permitírtelo. Hay demasiado en juego.

Si lo expresaras en voz alta la carga se aliviaría, todo sería más fácil de soportar. Callártelo solo hace que te atormente más, pero si lo dices en voz alta, se hará más real, y cuanto más real sea, más costará eliminarlo, olvidar que está ahí, que no existe. Ese sentimiento tan contradictorio. Ese sentimiento por el que muchos han matado y otros tantos han muerto. Te niegas a creer que existe, te niegas a confiar en él. Y eso será tu perdición, pero también tu mayor logro.

¿Qué debes hacer? Si ni el corazón ni la razón se ponen de acuerdo, espera a que el tiempo decida. Así tal vez las cosas estén más claras. Espera, ten paciencia.

Y no dejes de luchar...
Although this war is far from over.

2 comentarios :

♠Jemily♠ dijo...

Si el corazón y la razón te pierden, utiliza el espíritu, el alma. Solo ella te será de ayuda, y te guiará como un farol en medio de la tormenta.

Beth dijo...

Cuánta razón tienes. Esos momentos en los que no sabes qué hacer te desquician... pero hay que seguir luchando, con la perspectiva de que lucharás durante toda tu vida.
Pero eso no significa que vaya a haber una guerra en todo momento. Esos momentos de felicidad siempre estarán ahí, para ayudarnos en el camino.

Como siempre, me impresionas, Ith :)

¡Un besote!