Ya no volverá

Las lágrimas resbalan por su cara como un puñal en un corazón de piedra. Desde ese banco ve cómo cientos de familias felices sonríen mientras juegan con la nieve. Ella sabe que jamás podrá hacer eso porque todas sus esperanzas se esfumaron aquel invierno junto a él. Sabía que pasaría porque todo se estaba volviendo demasiado extraño. Y se dio cuenta cuando el tren se marchó de la estación y vio su mirada vacía por el cristal.

El vaho escapa de su boca en un suspiro helado. Una sonrisa irónica se forma en sus labios, unos labios que él jamás volverá a besar, unos labios que ya nunca formarán sonrisas sinceras, porque cualquier rastro de alegría que podía haber en su corazón se coló en ese tren y escapó del brazo de aquel monstruo hombre.

Ella arruga el papel que tiene entre las manos y lo comprime en su mano. Se hace daño pero eso solo sirve para que más lágrimas broten de sus ojos. Ella es la única culpable de aquello. Se enamoró de aquellos ojos, los convirtió en algo indispensable para vivir y ahora que se han marchado no sabe cómo continuar con su vida. Hay días que no tiene fuerzas ni de salir de esa prisión que tiene por hogar, aún no ha tenido el valor de mirarse al espejo, de enfrentarse a la realidad. Quiere creer que él volverá tal y como se marchó, que un día le llegaría una carta o una llamada de teléfono, pero en el fondo de su corazón sabe que eso jamás ocurrirá, que él la ha olvidado, que ya tiene otra mujer a quien decirle palabras bonitas al oído.

El fantasma de su amor se burla de ella desde la distancia, todo le parece una cruel broma del destino pasado. Sus manos empiezan a temblar. Le da un beso a la bola de papel y sacando fuerzas de flaqueza lanza la bola contra aquel fantasma, haciéndolo desaparecer. Se levanta del banco y, llorando, echa a correr, alejándose de aquel lugar maldito.
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Unos pasos caminan por la nieve que hay en aquel parque tan especial. Sus pies se topan con una bola de papel arrugada con carmín en un lado. Se agacha a cogerla sintiendo una corazonada. Aquel carmín era el que ella usaba. Lo había besado tantas veces... Abrió el papel y sus esperanzas se rompieron en mil pedazos. Es una foto de ellos dos besándose en aquel mismo parque. No esperaba que ella hubiese superado su partida, quería creer que seguía amándole, pero ahora que ve aquella foto sabe que no es así, que le ha olvidado, que ha tirado sus fotos. Y él es el único culpable por marcharse cuando no debía, por ser tan cobarde y hacer daño a la persona a la que más quiere. Guarda la foto en el bolsillo de su abrigo y se aleja de allí corriendo mientras las lágrimas brotan de sus ojos.

Te veo

Te veo. Caminando a través de un sueño te veo. Mi luz y mi oscuridad esperan el respiro de una nueva vida. Ahora tú vives a través de mi y yo vivo a través de ti. Encantada.

Rezo en mi corazón por que este sueño no termine nunca. Me veo a través de tus ojos en una nueva vida, volando alto, tu amor me ilumina el camino hacia el paraíso. Así que ofrezco mi vida como sacrificio, vivo a través de tu amor. Me enseñaste a ver que todo es hermoso, mis sentidos tocaron un mundo que jamás imaginé. Te entrego mi esperanza, me rindo.

Rezo en mi corazón por que este sueño no termine nunca. Me veo a través de tus ojos en una nueva vida, volando alto, tu amor me ilumina el camino hacia el paraíso. Así que ofrezco mi vida como sacrificio, te ofrezco mi amor, porque nunca había abierto mi corazón a un mundo como el tuyo y mi espíritu nunca había sido libre, pero mis ojos no imaginaron todos los colores del amor y de la vida eterna. Eternamente me veo a través de tus ojos, volando alto. Tu amor me ilumina el camino hacia el paraíso. Vivo a través de tu amor.
Te veo...

I see you, Leona Lewis (BSO Avatar)